El COAS expone “La casa de los días mejores” de Norberto Gil, del 18 de mayo al 24 de junio

Publicado el 18 mayo, 2021

El Colegio de Arquitectos de Sevilla (COAS) ha inaugurado este martes, 18 de mayo, la muestra individual ‘La casa de los días mejores’ del artista sevillano Norberto Gil, que podrá visitarse en sede colegial (Pl. Cristo de Burgos, 35) hasta el jueves 24 de junio. En el acto de presentación han participado, además del propio Gil, la decana y el vocal de Actividades del COAS, Cristina Murillo y Juanma García Nieto, respectivamente.

 

La casa de los días mejores fue una casa prefabricada que diseñó el ingeniero francés Jean Prouvé en el año 1956, encargada para alojar a las personas sin techo de la ciudad de París y dar una solución a los problemas de alojamiento sobre todo en los meses invernales, en los que las olas de frío hacían muy dura la supervivencia en las calles.

El encargo de la casa lo hizo el abad Pierre, un conocido personaje en esa época, que dedicado en cuerpo y alma a las personas sin recursos, propuso a los representantes políticos del momento una solución a la situación dramática que había en las calles de París, en las que morían personas sin un techo donde cobijarse.

El proyecto tenía una idea muy clara y una premisa principal, debía ser una casa prefabricada que se construyera en el menor tiempo posible y que la pudieran construir las personas que la iban a habitar coordinadas por un técnico del estudio de Prouvé.

En este sentido, Prouvé señalaba: “La idea consiste en construir casas efímeras, disponibles para una generación. Nunca se me ocurrió que, al cabo de cuarenta años, estuvieran todavía habitadas. Estaban destinadas a alojar a gentes muy humildes, pues eran casas de bajo coste”.

La casa fue concebida con los mismos principios con los que se construyó la casa ALBA (Aluminium Beton Armé), siendo los materiales principales aluminio y hormigón armado. El principio constructivo de la casa ALBA consistía en fabricar volúmenes huecos y rellenarlos de aislante, utilizando un aislante laminado. La superficie de la casa era de 57m2 de espacio habitable y estaba compuesta por una sala-comedor, dos dormitorios, cocina y baño.

El primer prototipo de la casa fue construido en la orilla del Sena en 1956, fue montado en pocas horas y fue presentado por Le Corbusier que elogió el trabajo de Prouvé con estas palabras: “Jean Prouvé ha construido la más bella casa que yo conozca, el medio más perfecto de habitar, la más brillante obra construida. Y todo ello es verdadero, construido, realizado, conclusión de una vida de investigación. Todo lo que él toca y concibe toma inmediatamente una elegante forma plástica, realizando brillantemente las soluciones de resistencia y funcionalidad. Jean Prouvé es en forma indisociable, arquitecto e ingeniero.”

Finalmente, la casa no fue homologada por el Ministerio de Vivienda francés y no se consiguió financiación pública. Solamente se construyeron cinco casas, en realidad cinco prototipos de una serie que nunca se realizó.

Así las cosas, en la búsqueda de inspiración de hitos arquitectónicos, en muchas ocasiones se pasan por alto proyectos que no llegan a finalizarse por diferentes motivos y por tanto quedan olvidados para el gran público. “En esta ocasión, estudiando la obra arquitectónica de Jean Prouvé, emerge esta casa de un diseño sencillo y a la vez muy renovado para la época, y por supuesto con una funcionalidad máxima típica de los trabajos del estudio de Prouvé”, explica Norberto Gil.

El origen de esta serie de pinturas es, pues, elogiar y reconocer el trabajo que realizaron Jean Prouvé y el abad Pierre, cada uno con su proyecto, uno desarrollando un proyecto de industrialización de la arquitectura y otro ayudando a las personas sin recursos a conseguir un hogar accesible económicamente.

Sobre el autor

Norberto Gil (Sevilla, 1975) es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, especializado en pintura y diseño gráfico, decide dedicarse al arte de la mano de una destacada generación de artistas a la que pertenece y que tantas satisfacciones está dando a la pintura nacional actual.

La arquitectura ocupa un papel protagonista en toda la temática de su obra. A través de juegos de luces y sombras representados con campos de colores planos, intensos y fuertemente definidos, delimita y materializa formas arquitectónicas. Para Gil, el arte es emoción y su formación como diseñador gráfico determina su lenguaje.

Trabaja en acrílico por la limpieza del material, buscando superficies muy planas donde la pincelada sea imperceptible. Utiliza una tela primigenia de la que se elimina cualquier resalte, usa el rodillo y mezcla las pinturas evitando cualquier grumo. Parte de un proceso digital previo, sobre el que documenta cualquier proyecto para más tarde seleccionar imágenes y realizar pruebas de color y formas, consiguiendo un resultado final muy parecido al boceto digital.

Ha realizado multitud de exposiciones individuales y colectivas, destacando las muestras La casa de los Eames en el MAD de Antequera y Le Cabanon en la Galería Birimbao. También ha obtenido numerosos premios como el XV Premio Paul Ricard, el IX Certamen del Parlamento de la Rioja, el XXXIII Premio Eugenio Hermoso, LXXIII Premio José Arpa. Su obra se encuentra en colecciones tanto públicas como privadas, entre otras, CAC Málaga, Ayuntamiento de Utrera, CEC de Cádiz, Fundación Barceló.